Prosperidad
Microrrelato – Marti Lelis
Hace dos años el Presidente vino a prometernos que el pueblo se convertiría en ciudad. Un año después llegaron los ingenieros a trazar media docena de calles, y otra vez el Presidente a decirnos que ahora sí.
A los pocos meses se llenó de camionetas y más camionetas, camiones y más camiones con material. Todos tenían trabajo. Adoquinaron las calles y construyeron escuelas y negocios, muchos negocios. Para el campo hubo tractores, cosechadoras, semilla de primera calidad. Se pavimentaron más calles y se construyeron bodegas. Los comerciantes pronto tuvieron tráileres para mover la mercancía y, cosa maravillosa, un helipuerto. Nadie lo creía: todo era felicidad.
Una mañana llegó una caravana grande de picaps. El que bajó de la más bonita no se parecía al Presidente y lo acompañaban tantos escoltas tan bien armados que pensamos que tal vez sí, que era el nuevo Presidente. Se fue a meter a la alcaldía y nosotros a trabajar. Al otro día el señor Alcalde nos mostró los bultos de semilla, y que había que sembrar entre la milpa. Yo nomás la vi y supe lo que era. Me dieron ganas de chillar, pero la verdad que el pueblo ahora es ciudad, pequeña, pero bonita, aunque no tengamos permiso de salir, y haya que sembrar y cosechar, sembrar y cosechar.
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“Prosperidad” está incluido en el libro A propósito de San Juan y otras miniaturas
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Imagen: mural La creación del hombre maya (1964), Raúl Anguiano