Aguafuerte marina con sirena
Marti Lelis
Escuchar el silencio de las caracolas blancas y ver el mar embravecido que azota y acerca sus olas a tu cuerpo quieto y mojado, y sentir el aroma leve que se va con la brisa tierra adentro; y tocar sin temor la curva de tu cadera, cerrar los ojos al deslizar los dedos más abajo, hacia el abismo que nos separa, erizado territorio de escamas, redil de arena, perdición de mi calma. Ver que sólo queda el rastro en la playa de tu plácido estar a medias, y ver la espuma rota que resbala otra vez de entre mis manos.
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