Cuarentena
Marti Lelis
Minutos antes del anochecer la gente mira al horizonte: ya se va cayendo el sol detrás de los volcanes, ensabanándose de violetas y anaranjados entre nubes. Hay que apurarse: ir por el pan y la leche, sacar al perro, guardar el auto en la cochera; ver que no queden niños en el parque, ni abuelitos en las bancas. Pasan por la calle, veloces los barrenderos, arreando rebaños de borreguitos marrones: hojas secas con que alfombran la plaza los altísimos fresnos. Languidecen los chorros de las fuentes y el agua se va aletargando en su cautiverio de piedra. Ya no hay zapatos en las aceras. Cuervos y palomas se han ido acallando en lo alto de los árboles.
Entonces escucho el roce de la arenilla que mueve el viento, aguardo un momento antes de entrar a casa. Veo venir hacia mí a uno que se le hizo tarde, pasa a mi lado con esa cara horrible detrás de los ojos. “¿Quiere entrar aquí?”, le digo, pero no responde, aumenta la velocidad, corre, despliega las alas y vuela. Gira en redondo: ¡ya viene! Cierro de un portazo. Prometo no hablarles de nuevo.
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Marti Lelis
*Publicado como “Atardeceres” en el libro A propósito de San Juan y otras miniaturas (2016)

Saludos:
Este Virus lo paramos orando unidos
La Paz Contigo … y con los tuyos
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Solidaridad, claro. Gracias por tu comentario. Saludos desde México.
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