Fragmento CXC
Más sobre los perseguidores
Marti Lelis
He oído que hay quienes aspiran a escribir un libro ilegible. Quizás quieren decir “un libro sobre la ilegibilidad”. Quizás se refieren a textos sin línea argumental. Es decir, sin historia aparente, sin relato o con el relato reducido al mínimo. Textos digresivos pero que quieren decir algo. No parece que sólo quieran escribirlo por ir en contra de la corriente narrativa o por la simpleza de contrariar las tendencias del mercado editorial. Los llamo perseguidores y me incluyo entre ellas y ellos. Perseguidores en las letras como el Johnny Carter de Cortázar en la música.
Ser perseguidor no es una pose y no hay recetas para volverse uno; simplemente un día, después de muchos años escribiendo, te das cuenta de que persigues algo más allá de las palabras. Pasaste de saber utilizarlas para comunicarte, a usarlas para el arte, para la literatura. Pero no estás conforme, y entonces das el salto hacia el otro lado; saltas la valla que marca el camino y entras en terreno poco explorado, sin importar si alguien te sigue. Entras a la selva virgen, al bosque oscuro, al pantanal, a la Sierra Madre del lenguaje. De vez en vez regresas a la carretera y dejas una pista, un testimonio legible de los terrenos que pisas; también dejas algo ilegible, por si otro perseguidor topa con él y le ayuda a no sentirse solo. Un mensaje que no dice nada, pero dice de otro modo.
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Marti Lelis / Libro de los fragmentos
