Fragmento CCII
La sirena de Botero
Marti Lelis
¿Conoces a la sirena de Botero? Que sus seguidores sepamos, aún no la ha realizado. ¡Cómo nos gustaría verla tendida con un coctel en la mano! Mirarle los brazos rechonchos, los pechos como melones por mitades, boca abajo sobre el hemisferio abdominal que le impide ver su propia cola gorda recubierta de escamas regordetas. En el rostro mofletudo de la criatura hay una boquita de luna en cuarto, llena de los dientecillos con los que tritura los huesos de los al cabo infelices aventureros. Tiene la piel de drupa, los ojos brillantes, hundidos entre los repliegues de los párpados. ¡Cómo nos gustaría estar entre sus poderosos brazos! Todo su cuerpo, todo el conjunto, bonachonamente abotagado, brillante de sal y lascivo. Se nota que espera inquieta la aparición de un Ulises entrado en peso, rechoncho como ciertos carniceros.
Ya estamos hartos de sirenas medianas o anoréxicas: ¡Exigimos que pinte, que esculpa Botero!
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Marti Lelis / Libro de los fragmentos
