Fragmento CLIX
De La novela que no
Plegaria
Tú que fuiste mi espejo, ave de los augurios, monstruo delicado de mi abandono, divide nuevamente el mundo con tu presencia.
En mi cama estaremos al borde del abismo, lejos de los funestos y de los ciegos.
Heraldo hiriente de la locura, cóncavo recipiente de ternura, no me dejes vivir más, ahíto de tu ausencia.
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Marti Lelis / Libro de los fragmentos
