Fragmento CCXXVII
Historias de una minificción
6
Tolstoiana
Marti Lelis
Estaba en la biblioteca de casa, muy pensativa, la minificción pequeñita.
—¿Qué te pasa? —le pregunté. Dejó a un lado el libro que tenía en las piernas y, jugueteando con las correas de sus zapatitos rojos, me dijo:
—“Todas las minificciones felices se parecen unas a otras, las minificciones desdichadas lo son a su manera”.
—Anda, vamos al Café de la esquina por un chocolate caliente—le dije. La pequeña estaba creciendo. De regreso, la nevada había cesado; esculpimos un gran muñeco de nieve en el jardín antes de volver a la biblioteca.
Ahora ponemos más leña en la chimenea. Sentados en la alfombra, asamos bombones en el silencio que nos regala el crepitar del fuego. ¿Es tiempo de ser parecidos o éstas son nuestras maneras?
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Marti Lelis / Libro de los fragmentos