Fragmento CCXXXVII
Apuntes en papel reciclado-5
De los personajes
El simulacro de una persona. Tan perfecto por todo los sustraído a su físico, a sus manías, a sus ocupaciones. La magia de la mente lectora que completa la figura con lo que ya está en su memoria, con las intuiciones, con el ADN (perfeccionado por millones de años y por la ingeniería genética), con los sueños, con la simple organización de las palabras, las imágenes los sonidos, los aromas. Se lee con la experiencia; con la experiencia y las pulsiones les damos realidad aparente: tu personaje no es como mi personaje, pero está hecho con las mismas palabras.
De BK hay que verle las manos, ni delgadas ni gruesas, uñas cortas cuando no usa las postizas; de otro modo no podría trabajar armando y desarmando los aparatos; el contraste entre sus dedos y el destornillador y las piezas, sus dedos como animalitos, diez criaturas que se mueven cada una como autoconsciente sobre las placas de circuitos de donde rescatan joyas que son chips y los sostienen a la luz de la lámpara; dedos hábiles que bailan su danza entre el humo leve de la grasa para soldadura y su olor apenas acre; que traman la delicada malla de hilos de oro o plata como autopistas para electrones. Esos dedos, esas manos que después van y acarician los pétalos de girasoles bajo la luz de nuestra estrella moribunda. Simulacros de personas.
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Marti Lelis / Libro de los fragmentos