Fragmento CCXLVIII
Historias de una Minificción – 8
¿Última Tule?
Marti Lelis
Estaba la Minificción Pequeñita, vestido blanco, zapatitos rojos, meciéndose al borde de su primera página, ese abismo donde, le habían dicho, ella estaba a punto de perder su nombre. Intrépida, saltó a la página siguiente y comenzó a llenarla alegremente. Al ver que no pasaba nada, fue al final de la segunda página. Y ahí estaba otra vez el abismo blanco, la vocecilla misteriosa que la tentaba a dar el nuevo brinco hacia la página tercera. Cerró los ojos, apretó sus leves puños y se lanzó de cabeza al desierto, armada con sinfín de palabras. No se sabía quién había dicho que tres era el número fatídico, la Última Tule, el punto de no retorno, pero la Minificción Pequeñita llenó la tercera página, llegó al borde y ahí se sentó a contemplar el horizonte. ¿Qué soy?, se preguntó al tiempo que sentía su identidad amenazada. ¿Seré un cuento breve, un cuento, el primer capítulo de una novela? ¿Quién me leerá si pierdo mi nombre? Y ahí se quedó, meciendo sus zapatitos rojos, cavilando, pero contenta por haber recorrido tres páginas. Ya no dudaba de que, en esa extensión, bien puede caber el mundo, y los que ponen las medidas y los nombres no tendrían por qué no estar conformes.
* * *
Marti Lelis / Libro de los fragmentos

Esta minificción pequeñita está tan llena de vida y desparpajo que puede ser lo que quiera.
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Por ahí va haciendo de las suyas, espero que por un rato todavía. Gracias por tu lectura y comentario.
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