Fragmento CCLXXXIV
Indigestión
Marti Lelis
Ahora que ya no soy serpiente, mi antiguo dueño me sigue teniendo en secreto en su casa. No me le enredo en el cuello ni repto por el piso como antes. Quiso el azar darme un cuerpo seductor y el don de cambiar discretamente de piel. No sé si me puedo embarazar, ni qué hijos saldrían de mí; a él no parece importarle, pero yo no sé, veo mis piernas nuevas, mis senos de figurilla griega y no siento el instinto de maternidad. En secreto aprendo a leer. No puedo salir. No tengo acta de nacimiento ni cédula de identidad. Él se va a trabajar todo el día. No sé cocinar. Él regresa a la noche y avienta en la cocina una caja de pizza, fideos chinos o hamburguesas. Sobre la mesa, me toma antes de comer; me dice “boa” al oído, gruñe como animal. Yo no como lo que él trae. Cuando se duerme, bajo al sótano. Me siento en la oscuridad, inmóvil, hasta que aparece una rata por la tubería. No sé si esto es vivir, pienso mientras el pelo de la rata me cosquillea la garganta. Vuelvo a la cama donde él ronca, acaricio su espalda, su cabello. Me quedo quieta: la rata en mi estómago se ha movido, casi nada, debe estar por morir.
* * *
Marti Lelis / Libro de los fragmentos

Hola, Marti. Tu relato me ha sorprendido muy gratamente. Y digo sorprendido porque se podría considerar la continuación de uno mío publicado en mi blog «Almanaque». No sé si es pura casualidad o has leído en algún momento mi relato. En ambos casos, me parecería estupendo. Te envío enlace a continuación: https://antorgar.blogspot.com/2009/02/ambrosio.html
Me gustaría mucho que me dijeras qué te parece y si es coincidencia pura. Un saludo.
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Hola. No conocía tu relato (muy bueno). Creo que estamos ante una feliz coincidencia temática. Gracias por compartir. Saludos.
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