Fragmento XIII
Elogio y apunte sobre la mano
Marti Lelis
En ausencia del cuerpo, amputada, la mano se va a los extremos: deviene horror o cosa bella. Horror, si de carne y hueso; belleza, si de bronce o piedra, y bien estilizada. Materia de contemplación o estudio. Indicio para el criminalista. Instrumento de magia. Si es la de Dios: o todo su amor o toda su furia. Con sus cómplices, los dedos, la mano siempre está bajo sospecha: lo mismo que acaricia, mata.
Como palabra, habita en la “M” del diccionario común, y es todo un acontecimiento en el de símbolos. Protagonista de cuentos de Maupassant, de Nerval, de Schwob, del tumbado Onetti de sus últimos tiempos, y de un Cortázar profundo y niño.
Orgánica o inorgánica; ficticia o verdadera; móvil o inmóvil, la mano es estoica y epicúrea, todo un ejemplo de abnegación cotidiana.
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Marti Lelis / Libro de los fragmentos
