Fragmento CCXCV
De la frágil institución literaria
A este personaje siempre lo vemos en el mismo remanso del río. Sentado en el banco de arena, construye con cantos rodados las letras, las palabras de lo que él llama “su literatura”. Cuando él se va, por un momento piensa que alguien, un segundo personaje, acudirá después y tal vez adivine en las figuras de las piedras párrafos de un libro abierto. Otro día volverá el primero a escribir la continuación o algo nuevo, mientras el río se lleva los cantos, los diluye, los vuelve arena. Y el segundo acude más tarde por ver si soñó que leía en las piedras, y no encuentra la continuación, no encuentra palabras en la arena, pero mira el río y recuerda los signos, siente los guijarros en su cabeza, las palabras. Estos seres son extraños: confían en que volverán mañana y siempre hallarán arena y cantos.
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Marti Lelis / Libro de los fragmentos

La confianza en lo último que se pierde, ¿o no era eso lo que decían?
Saludos,
j.
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Se continúa con una inercia calculada. Tiene su lado de misterio y eso es lo que mantiene el movimiento.
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