Apuntes en papel reciclado – 16
Con sus hexámetros dactílicos, un arsenal de formas antiguas, medievales, renacentistas, formas barrocas, retorcidas estructuras modernas y posmodernas, gritos, estertores;
con sus cerebros moldeados a la usanza histórica del canto, deformados por el paso de los siglos;
con su humanidad venida a menos, llegaron poetas al mundo desolado para balbucir la miseria de sus criaturas.
Otros buscaban mendrugos en los basurales, cazaban ratas y huían de osos y felinos cuando no se mataban ellos mismos.
Entre los dos extremos, surgieron otras voces. A nosotros sólo nos era permitido atestiguar y registrar el curso de las palabras en un mundo doblegado por la muerte que llegó del cielo y de las chimeneas de fábricas funestas.
Éramos la gente de los sueños, crédulos en la Utopía, en el hombre bueno rousseauniano y en la explicación llana del universo.
Inventamos la poesía sin verso, aprendimos estrategias de caza en el terreno virgen de cerebros que dormían para olvidar sus empeños por el arte o el alimento.
¿Qué poesía puede nacer en medio de la ruina generalizada? Fundaciones. Utopías. Esperaban de nosotros un plan para crear mundos de biología posible; de nosotros que no tenemos necesidad de mantener un organismo funcionando como los animales.
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Marti Lelis / Capítulo Ensueños del androide
