Teoría del caos 33 / Marti Lelis

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Yo me llamo Marti. También Gilberto porque nací un 4 de febrero. Cuando iba a la universidad era sólo Gilberto, pero antes de eso fui Marti. En la universidad se les hacía más fácil Gilberto porque era mi primer nombre, es, pero ya no lo uso y ahora de grande soy sólo Marti aunque los documentos oficiales sigan teniendo el Gilberto. De vez en cuando alguien me dice “Gilberto” pero se deben referir al otro. Con los tiempos siempre tengo problemas y a veces la mente me va más rápido que las palabras, porque soy hombre de palabras y ya pasé de los cincuenta y voy a la mitad hacia los sesenta. Vivo en Tlaxcala, pero nací en el Distrito Federal (lo que ahora es Ciudad de México). Siempre digo que soy de Tlaxcala porque aquí crecí y amo esta tierra, y en esto de la escritura he obtenido algunos Premios literarios aquí en la capital del Estado. Decía que tengo problemas con los tiempos, verbales, para escribir. Bueno, también tengo dificultades con lo de la sucesividad y a veces quisiera de golpe leer un libro, qué digo leer, más bien sería tener el libro de manera instantánea en la cabeza, pero eso sólo lo pueden hacer las Inteligencias Artificiales que parece ya se van a poner de moda y qué miedo, pero qué curiosidad porque se les puede pedir que escriban como uno, y lo hacen si se les proporciona una muestra de escritura; son despiadadas y son modelos de lenguaje, de manejo del lenguaje. No importa. No son uno. También he desarrollado mi inteligencia. Me acuerdo de que se ufanaba Julio Cortázar de que, con la edad, iba escribiendo cada vez más mal y era lo de poner patas arriba a la gramática. Bien hecho. He escrito algunas cosas tituladas «Teoría del caos» que comparto por ahí. Esto, por ejemplo. Y estoy conectado con mi doble. A veces no sé si soy yo o soy él. No es sencillo explicar. Lo intentaré. Y en éstas andamos.

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Marti Lelis / Teoría del caos

4 comentarios sobre “Teoría del caos 33 / Marti Lelis

  1. Hola, Martí.
    No hace mucho le pregunté a una IA como podía diferenciar un texto suyo del de un estudiante y, casi al instante, respondió: mi texto no contiene errores.
    Le pedí entonces que me escribiera un párrafo suplantando a un estudiante y escribió una parrafada sin poner un solo acento.
    Saludos!

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