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Somos muertos
Ya hablaremos del planeta porque ¡ay, de los muertos!, tan contundentes en las cifras: 101 mil millones y cada día más, son partículas, átomos, seguro están en nuestro pan y en los frutos que nos alimentan. Los muertos están ahí, minuciosos, callados en el aire, en los pulmones, en las venas, en las letras, en la mano que mata y en la mano que crea. No se están quietos, vienen y van. Uno diría que sí, que están vivos, que tienden su velo entre incienso y veladoras para hacernos llorar al ver su fotografía entre flores. Uno diría que se contempla en un espejo y nuestro cuerpo no es nada más que su cuerpo, con la osamenta debajo de la tristeza de la carne.
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Marti Lelis / Epifanías de bolsillo
CEREMONIA DE PALABRAS 