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Lichtenberg
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Yo soy el corcovado, el del cuchillo sin mango que no tiene hoja; filósofo y científico, anoto en mis cuadernos proyectos para otro día, miro por la ventana; si no beso en la penumbra, fumo en pipa y esto es lo segundo más placentero que conozco; hablo la lengua de los ángeles porque lo miro todo en todo y educo en un pupilo a la raza de los hombres. Días hay en que no soporto la peluca ni las miradas de soslayo. En las noches frías, suelo meterme a la cama con una gentil vendedora de fresas, a quien nada le importan mis figuras eléctricas.
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Marti Lelis / Epifanías de bolsillo
CEREMONIA DE PALABRAS 