
Fragmento CXV
Manuscrito hallado en un plato
Marti Lelis
Hace un rato, después de comer, estaba sentado a la mesa sintiendo cómo la realidad cumplía con las leyes de la naturaleza, fiel a la causalidad, cuando algunos bloques de información adquiridos a lo largo de la vida de pronto hicieron “clic” en mi cabeza y se ensamblaron, de manera que mis lecturas de juventud de la serie de libros de Carlos Castaneda, las del budismo Zen, los Upanishads, y el sistema filosófico de Schopenhauer, con algo de Novalis y otros románticos alemanes y, aunque no fue lectura sino ver la trilogía fílmica de Matrix (toda, pero en especial la primera, y de ahí la escena del niño de la cuchara), me hicieron darme cuenta de que todas esas expresiones estaban conectadas y se podían explicar las unas a las otras por lo que, pensé, no en balde escribió alguna vez Borges que Schopenhauer acaso había descifrado el universo (o traducido al lenguaje occidental lo que ya sabían los antiguos hindúes desde el 800 a.C.). Acto seguido, la gatita saltó a mis piernas y me miró, la miré a los ojos de cerca, muy de cerca, su nariz húmeda tocando mi nariz, hasta que dijo miau y prrr, le acaricié el lomo, le dije: “Vente gata, ya te voy a dar de comer”, y, mientras sigue comiendo, yo con la pluma, y en una servilleta, comencé a escribir esto para luego, porque ya estoy viejo, para que no lo vaya a olvidar.
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Marti Lelis / Libro de los fragmentos
Hay un momento en el que todas las piezas recogidas en la vida toman su lugar y conforman el puzle. Quizás la vida sea para vivirla desde el ultimo día al primero.
SAludos.
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